Madurai y el templo de Sri Meenakshi Amman
Descubre Madurai y el templo de Sri Meenakshi Amman, un tesoro de la arquitectura India.
¡Hola amiguitus! En esta ocasión vamos a contaros qué ver y qué hacer en Madurai, la ciudad más carismática del estado de Tamil Nadu, al sur de la India.
Cómo llegar a Madurai
Se puede llegar a Madurai tanto por aire como por tierra a través de autobús o tren.
Dado que India es un país enorme, es posible que os interese llegar en avión hasta Madurai. En ese caso os recomendamos comprar los billetes lo antes posible, ya que nosotros lo hicimos en el último momento y nos salió bastante más caro de lo normal:
Si no vais con prisa, lo más barato es viajar en tren, aunque conseguir los billetes puede ser a veces una tarea complicada. Los billetes de autobús si viajáis desde un lugar cercano son también baratos y se pueden comprar en el momento en las estaciones.
Una buena opción (aunque será un poco más caro) si lleváis un viaje organizado es comprar el transporte por adelantado en agencias de viaje o a través de la página de 12Go Asia.
Dónde dormir en Madurai
Nosotros nos alojamos en dirección contraria al templo, en un hostel, por lo que tuvimos que andar un poquito más. De todas formas hay buena oferta de alojamientos en Madurai, si esta no os gusta os dejamos la posibilidad de buscar una directamente:
Booking.com
Qué ver en Madurai
Llegamos a esta ciudad para visitar el histórico Sri Meenakshi Amman Temple, un enorme recinto rodeado por cuatro coloridas torres que alberga, en una estructura laberíntica, varios santuarios dedicados a diferentes deidades hindús.
Algunos de sus santuarios ya aparecen nombrados en textos del siglo VI, aunque casi todo el recinto se reconstruyó en el siglo XIV y se expandió y renovó en el XVII. Este templo es considerado por muchos como la culminación arquitectónica hinduista de la India.
Pero Madurai no solo cuenta con este imponente templo, pues es una de las ciudades más antiguas de India. Casi en cada esquina es posible encontrar un templo hindú, y de hecho lo que recomendamos es perderse por sus calles para ir descubriendo sus secretos.
Se puede llegar al recinto del templo dando un agradable paseo de 15 minutos desde la estación de tren o la estación de autobuses.
Además de los templos, es posible visitar el Palacio Tirumalai Nayak, que se encuentra a unos 10 minutos caminando de Meenakshi.
https://maduraitourism.co.in/thirumalai-nayak-palace-madurai
Nosotros estuvimos en Madurai dos días. El día que llegamos decidimos aproximarnos a visitar, al menos por fuera, Meenakshi temple.
¡Al templo no se puede acceder con cámaras de fotos ni móviles!
Durante nuestra incursión confirmamos (lo habíamos leído) que no se puede acceder al recinto ni con cámaras de fotos, ni con móviles. Los móviles se guardan en unas taquillas por 10INR y las cámaras (y bolsos, no se puede pasar por nada), en otras taquillas por 2INR (y tras pasar por un control de rayos X.
Deambulamos alrededor del templo, admirando sus imponentes torres a la luz de la luna, y haciendo alguna foto, ya que al día siguiente nos iba a ser imposible desde el interior.


Descubrimos además un antiguo mercado, llamado Pudhu Mandapa, que merece le pena visitar. El mercado está pegado a la torre este, y en su interior se encuentran pequeños santuarios con ofrendas. Está organizado en torno a unas ruinas, a las que no se permite el acceso.

Atravesando el mercado, se llega a una estatua de Nandi, que es el toro sobre el que monta Shiva.

Volvimos al hostel caminando, con muchas ganas de descubrir estos lugares a la luz del sol.

Sin embargo, al día siguiente tuvimos mala suerte e intermitentes lluvias produjeron inundaciones de calles rápidamente, lo que hacía muy incómodo moverse por la ciudad.
Además, para entrar en los templos, es necesario descalzarse, y no iba a ser muy agradable con la lluvia. Decidimos, por tanto, tomarnos un día de relax y esperar al día siguiente para visitar el templo de Meenaksi (y algún otro templo que encontramos por sorpresa como os contamos más adelante).
Nuestra última mañana en Madurai, madrugamos y nos dirigimos al templo. De camino encontramos numerosos templos hindús, así como bastantes iglesias y cementerios cristianos (en uno la noche anterior habíamos visto como hacían ofrendas en las tumbas).
Por el camino nos encontramos con el templo hindú Koodal Alagar, dedicado al dios Vishnu.
https://en.wikipedia.org/wiki/Koodal_Azhagar_temple
En este templo se permite la entrada a los no hinduistas y también hacer fotografías. Como siempre, hay que descalzarse para entrar, y en este caso no hay lugar donde dejar las zapatillas.

Da un poco de desconfianza dejarlas en la calle, entre puestos de vendedores, peregrinos, y gente que está mendigando a la entrada del templo, pero no os preocupéis. Al menos nuestras zapatillas seguían allí cuando volvimos a recogerlas.
Además de por su belleza arquitectónica, fue muy interesante la visita ya que pudimos observar a un grupo de creyentes realizando uno de sus rituales diarios, mientras entonaban cánticos al unísono.

Retomamos nuestro camino a Meenakshi Temple, y decidimos llegar hasta allí a través de la calle que desemboca en la torre oeste, para disfrutar de la impactante vista de la torre entre los callejones repletos de puestos y mercaderes.

Las cuatro torres que rodean el recinto de 6 hectáreas del templo, miden 52 metros. Un sinfín de dioses, demonios y héroes están esculpidos e intensamente coloreados en ellas.

¡La entrada al templo de Meenakshi es gratuita!
Accedimos al recinto a través de esta torre, tras dejar nuestros zapatos, móviles y resto de pertenencias en las taquillas que se encuentras situadas a la izquierda de la puerta. La entrada al templo es gratuita.

Recordad que vais a visitar un templo, y debéis llevar vestimenta acorde a ello. No se permite la entrada con las piernas descubiertas (ambos sexos), ni los hombros descubiertos (las mujeres).
En el caso de que vayáis mal preparados para la ocasión, leímos (pero no lo comprobamos, nosotros íbamos con la lección ya bien sabida), que en los puestos de alrededor pueden prestar (o quizás vender) un dhoti, que es un pañuelo largo para anudar a la cintura y poder entrar con las piernas cubiertas, o para cubrir los hombros.
Para acceder, se pasa un control policial, y es necesario firmar en sus archivos. Aquí descubrimos que el último turista que había visitado el templo (y es el mayor atractivo turístico de la ciudad), lo había hecho cuatro días antes que nosotros.
Reflexionando posteriormente a cerca de este dato, recordamos que en los dos días de Madurai, y a pesar de haber estado en dos ocasiones en Meenakshi Temple, no vimos en ningún momento a ningún otro occidental.
Madurai no es una ciudad muy frecuentada por turistas extranjeros.
Además, a pesar de ser esa la zona más turística (si atrae masivamente peregrinos, o turismo nacional), no encontramos muchos carteles en inglés de restaurantes, ofreciendo tours, etc, como si ocurre en todo el resto de ciudades que hemos visitado en India.

En conclusión, Madurai, a pesar de contar con una atracción tan llamativa, fue la ciudad menos turística que encontramos durante nuestros dos meses de viaje. Quizás esto se deba a que no se encuentra cerca de ningún aeropuerto internacional, y se sale de las rutas típicas desde Delhi (Agra, Rajasthan, Varanasi) o Mumbai (Goa y Kerala).
¡Pero volvamos a centrarnos en el mega templo que estábamos visitando! Tras entrar en el recinto (no se pueden hacer fotos ya, así que sentimos no poder enseñaros toda su belleza), se llega a un gran patio al aire libre.
https://www.culturalindia.net/indian-temples/meenakshi-temple.html
Siguiendo el camino en sentido de las agujas del reloj se llega a varios santuarios, y una vez pasada la torre norte a un gran árbol plagado de ofrendas, con un pequeño templo.
Cerca de este árbol hay una baldosa especial, diferente a las de alrededor, en el suelo. Si os situáis en dicha baldosa, y dirigís vuestra vista hacia el interior del recinto, se puede ver a través de una ventana en los muros, la cúpula de oro del templo.
A nosotros nos costó un rato encontrar la baldosa (no sabíamos que existía, ni que era lo que debíamos buscar, solo seguíamos carteles que indicaban “palacio dorado”), así que esperamos ahorraros una cuantas vueltas.
El Museo del Templo cuesta 50INR y en su interior está el Hall de los 1000 pilares.
Al final de este lateral, en la esquina entre la torre norte y la torre este, se encuentra el Museo del Templo (50 INR y el ticket incluye la entrada a las Pujas).
Lo mejor del museo es que se encuentra en el “Hall de los 1000 pilares”, no es necesario explicar más pues su arquitectura pues es fiel al nombre. El Museo muestra antiguas piezas en madera, piedra o hierro de deidades, así como un templo.
También exponen unas grandes puertas de madera maciza, talladas detalladamente, y un par de maquetas del recinto.
La verdad que echamos de menos algún cartel en inglés, sobre todo para entender muchas de las pequeñas piezas expuestas en vitrinas.
Continuando el camino en el sentido de las agujas del reloj se accede al recinto interior. Dentro de este recinto, muchas zonas son de acceso restringido a los no hindús.
Se permite el acceso a los anillos externos de los santuarios de Shiva Meenakshi. Estos pasillos transcurren por un sinfín de santuarios a diferentes deidades y están adornados desde el suelo hasta el techo, y llama la atención el gran colorido que reina en todo el templo.
Nos fuimos del templo con la sensación de haber necesitado más tiempo para disfrutarlo en su totalidad, y sin poder ver una de las ceremonias que allí se llevan a cabo, una puja. Aunque desconocemos si se nos hubiera permitido el acceso al lugar de su celebración.
El recinto es enorme, y hay muchas cosas que ver. Los fines de semana además es probable encontrarse actuaciones de bailes y cánticos tradicionales ¡Guardad un par de horas para visitar el lugar con calma!
Últimos consejos
Nosotros teníamos un vuelo que coger hacía Varanasi, así que tuvimos que darnos prisa, y tomamos un taxi hasta el aeropuerto (230 INR).